A medida que nos adentramos en 2025, la Reserva Federal se enfrenta a dos preguntas cruciales: ¿Cuánto más recortará las tasas de interés y cómo se adaptará el banco central a un nuevo entorno fiscal influenciado por las políticas de impuestos y aranceles del presidente Trump?
En diciembre, la Fed indicó un cambio en sus expectativas de recortes de tasas para 2025, ahora pronosticando solo dos recortes de 25 puntos básicos en lugar de los cuatro que se anticipaban anteriormente.
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En cuanto al impacto potencial de las políticas de Trump, los funcionarios de la Fed ya han ajustado sus proyecciones de inflación y crecimiento para este año y el siguiente. Durante una reciente conferencia de prensa, el presidente de la Fed, Jay Powell, mencionó que algunos participantes habían comenzado a incorporar de manera preliminar estimaciones condicionales sobre los efectos económicos de estas políticas en sus pronósticos.
A medida que se desarrolla la segunda administración de Trump, cómo evolucionen estas perspectivas será un tema crítico para Powell en la conferencia de prensa de hoy.
Mientras los mercados esperan una reunión de la Fed relativamente tranquila, sin cambios inmediatos en las tasas de interés, algunos economistas de Wall Street están considerando proactivamente qué podría desencadenar un enfoque más agresivo por parte de la Fed liderada por Powell este año, así como las condiciones necesarias para un posible aumento de tasas.
Tras el informe de empleo de diciembre, los economistas de Bank of America afirmaron: "Nuestro escenario base tiene a la Fed en una pausa prolongada... Sin embargo, creemos que los riesgos para el próximo movimiento se inclinan hacia un aumento."
En una nota reciente a sus clientes, Jonathan Millar y su equipo de Barclays examinaron los factores que llevarían a la Fed de Powell a pasar de recortes a aumentos de tasas. Aclararon que no prevén aumentos de tasas este año; en cambio, pronostican un recorte en junio, seguido de una pausa prolongada hasta mediados del próximo año.
Según Barclays, un cambio en el enfoque de la Fed requeriría evidencia convincente de que el comité ya no está en camino de alcanzar su objetivo de inflación del 2% a mediano plazo, que se extiende hasta 2027.
Históricamente, las transiciones de recortes a aumentos de tasas han requerido más que solo tendencias inflacionarias desfavorables; suelen coincidir con una serie de indicadores de demanda y oferta que señalan un sobrecalentamiento económico, y tales cambios generalmente se comunican con antelación.
En resumen, la Fed no sorprenderá al mercado con un aumento repentino de tasas, así como Powell ha sido transparente sobre los recortes recientes.
Aunque la alta barrera para aumentos de tasas este año puede parecer obvia para algunos, un aspecto significativo de la investigación en Wall Street radica en responder a las inquietudes de los clientes. Los próximos informes de ganancias de las grandes empresas tecnológicas, las discusiones en curso sobre inversiones en inteligencia artificial y las implicaciones de las políticas arancelarias de Trump, entre otros eventos actuales, podrían hacer que la reunión de la Fed de esta semana sea más formal de lo habitual.

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