Un Congreso Cobarde Permite que Trump Hunda la Economía



 Las nuevas tarifas impuestas por el presidente Donald Trump se asemejan a una declaración de guerra contra el mundo entero. Mientras los republicanos defienden al presidente, se aferran a la idea de que “el dolor a corto plazo traerá ganancias a largo plazo”. Sin embargo, esta perspectiva es engañosa y podría resultar en un daño económico significativo tanto inmediato como a largo plazo.


La Metáfora Errónea de la Remodelación

El senador republicano Tim Sheehy, en una entrevista con CNN, utilizó la metáfora de remodelar una casa para justificar las tarifas de Trump, sugiriendo que el desorden temporal valdría la pena por un resultado final mejor. Sin embargo, esta comparación es inapropiada; en lugar de remodelar, Trump está incendiando todo el vecindario. La evidencia del dolor inmediato es clara: el mercado de valores cayó un 6%, perdiendo $3.1 billones en valor, la mayor caída desde marzo de 2020, cuando la economía global se vio afectada por la rápida propagación del Covid-19.


Riesgo de una Guerra Comercial Global

Más preocupante es la posibilidad de que Trump esté provocando una guerra comercial global que podría resultar en un colapso económico similar al de 1929 o 2008. En su defensa de las tarifas, Trump ofreció una interpretación errónea de la historia, afirmando que la Gran Depresión de 1929 no habría ocurrido si se hubiera mantenido una política tarifaria. Sin embargo, tras el colapso del mercado en 1929, el Congreso implementó las infames tarifas Smoot-Hawley, que muchos historiadores consideran un factor clave en la prolongación de la Depresión. Las nuevas tarifas de Trump son comparables en severidad, e incluso podrían ser peores que las de Smoot-Hawley.


Crítica a la Vieja Orden Neoliberal

Es importante aclarar que las críticas a Trump no deben confundirse con una defensa del antiguo consenso neoliberal que favorecía el libre comercio global. Este enfoque ha sido criticado por figuras de izquierda como Bernie Sanders, quienes han señalado que ha llevado a la deslocalización de empleos, ha dañado el medio ambiente y ha incentivado la explotación de trabajadores en países más pobres. Sin embargo, la solución a este problema requería un uso estratégico de tarifas como parte de una política industrial cuidadosa, no un enfoque de talla única como el que Trump ha adoptado.


Incertidumbre y Confusión

La guerra comercial de Trump también está generando incertidumbre debido a su estilo de gestión caótico. Sus asesores ofrecen versiones contradictorias sobre la necesidad de las tarifas. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, las presenta como una herramienta de negociación, mientras que Stephen Miller, un asesor de Trump, aboga por una escalada continua. Esta falta de claridad dificulta la planificación empresarial y socava el objetivo de traer de vuelta la manufactura a Estados Unidos.


La Rendición del Congreso

La rendición del Congreso ante Trump es alarmante. La mayoría de los legisladores, especialmente los republicanos, parecen estar paralizados por el miedo. Sin embargo, esta situación no solo refleja cobardía política, sino también un incumplimiento constitucional. Según la Constitución, el poder de establecer tarifas recae en el Congreso, pero en las últimas décadas, este poder ha sido delegado al presidente, lo que resulta en un enfoque profundamente antidemocrático.


Un informe del Congreso de febrero señaló que “la Constitución de EE. UU. otorga el poder tarifario al Congreso. Aunque la Corte Suprema ha sostenido que el Congreso tiene un amplio margen para delegar la autoridad tarifaria al presidente, el Congreso es responsable de determinar qué autoridades tarifarias debe tener el presidente y qué limitaciones se imponen a su discreción”.


Un Rayo de Esperanza

A pesar de la sombría situación política, hay indicios de que los demócratas están recuperando su espíritu combativo. Recientemente, el senador de Virginia, Tim Kaine, logró que el Senado aprobara una resolución para deshacer las tarifas de Trump sobre Canadá. Cuatro senadores republicanos se unieron a esta iniciativa, lo que podría señalar una grieta en el apoyo habitual del GOP hacia Trump. Los senadores republicanos que apoyaron la resolución fueron: Mitch McConnell (Kentucky), Susan Collins (Maine), Lisa Murkowski (Alaska) y Rand Paul (Kentucky).

La situación actual exige una respuesta firme y decidida del Congreso. La rendición ante las políticas erráticas de Trump no solo pone en riesgo la economía estadounidense, sino que también socava los principios democráticos fundamentales. Es hora de que los legisladores asuman su responsabilidad y actúen en defensa de la estabilidad económica y el bienestar de los ciudadanos.

Publicar un comentario

0 Comentarios