La relación entre Estados Unidos y Canadá ha sido históricamente una de amistad y cooperación. En 1961, el presidente John F. Kennedy describió esta conexión de manera elocuente: "La geografía nos hizo vecinos, la historia amigos, la economía socios y la necesidad nos volvió aliados". Sin embargo, en un giro reciente, el primer ministro canadiense, Mark Carney, ha declarado que esta antigua relación ha llegado a su fin. En este artículo, exploraremos cuatro datos que ilustran la complejidad de la relación entre estas dos naciones y el contexto que ha llevado a este cambio de perspectiva.
1. Dos Siglos de Paz y una Amistad en Tensión
La historia de la relación entre EE.UU. y Canadá no siempre ha sido de cooperación. Durante la Guerra de la Independencia de EE.UU. (1775-1783), Canadá se mantuvo al margen, rechazando unirse a la revuelta. Posteriormente, en la Guerra de 1812, las tropas estadounidenses invadieron Canadá, solo para ser recibidas con resistencia. Este conflicto contribuyó a forjar una identidad canadiense distinta.
Desde el final de la Guerra de 1812, no ha habido enfrentamientos hostiles entre ambos países. Según Robert Bothwell, profesor emérito de la Universidad de Toronto, EE.UU. aceptó a Canadá como un vecino independiente y amigable. Aunque la relación se formalizó en 1927, fue durante la Segunda Guerra Mundial cuando la cooperación se intensificó. A pesar de algunos desacuerdos, como la guerra de Vietnam y la invasión de Irak, la amistad ha prevalecido, evidenciada por la respuesta canadiense a los ataques del 11 de septiembre de 2001.
2. Una Frontera de 8,800 km
La frontera entre EE.UU. y Canadá es la más larga del mundo, con un total de 8,891 kilómetros que incluyen océanos y lagos. Esta frontera no está militarizada y es cruzada diariamente por aproximadamente 400,000 personas y bienes por un valor de 2,500 millones de dólares. Sin embargo, la llegada de Trump a la presidencia ha llevado a Canadá a invertir 1,300 millones de dólares en reforzar la vigilancia fronteriza.
Trump ha amenazado con imponer aranceles del 25% a los productos canadienses, argumentando que la frontera es "ridículamente abierta". A pesar de estas tensiones, el gobierno canadiense sostiene que la guerra arancelaria tiene un trasfondo geopolítico, y Trudeau ha afirmado que Trump busca debilitar la economía canadiense.
3. US$1 Billón en Comercio Bilateral
El comercio entre EE.UU. y Canadá alcanza el billón de dólares anuales, con casi 2,500 millones de dólares en bienes y servicios cruzando la frontera cada día. EE.UU. es el principal vendedor a Canadá, convirtiéndola en el principal cliente de 32 estados estadounidenses. Además, EE.UU. representa el 46% de la inversión extranjera directa en Canadá.
A pesar de las tensiones, el comercio ha sido regulado por acuerdos de libre comercio, siendo el más reciente el T-MEC, que incluye a México. Bill Morneau, exministro de Finanzas de Canadá, ha señalado la importancia de mantener la calma ante un diálogo degradante y reconocer la relación beneficiosa a largo plazo entre ambos países.
4. US$95,000 Millones Anuales en Energía
Canadá es un exportador neto de electricidad a EE.UU., y ambos países mantienen una alta interdependencia energética. El comercio energético entre ellos asciende a 95,000 millones de dólares anuales, y en algunos estados, representa entre el 5% y el 15% de su PIB. Aunque EE.UU. importa electricidad de Canadá, también hay un flujo inverso, especialmente en años de sequía.
La electricidad ha sido un punto de tensión en la guerra comercial, pero ambos países continúan cooperando en defensa y otros ámbitos. La historia de migraciones y la cultura compartida han contribuido a una relación que, aunque compleja, sigue siendo fundamental para ambos.
La relación entre EE.UU. y Canadá ha evolucionado a lo largo de los años, desde una historia de conflictos hasta una asociación basada en la cooperación y el comercio. Sin embargo, el reciente cambio de postura del primer ministro canadiense marca el inicio de una nueva
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