¡GOLPE DE REALIDAD! El "reinicio de envíos" de gigantes de EE.UU. a China debería hacer reflexionar a Washington




Recientemente, un aviso de "reinicio de envíos" emitido por importantes minoristas estadounidenses ha captado la atención a nivel mundial. Según un informe del diario hongkonés Ming Pao del 26 de abril, varios exportadores chinos revelaron en la actual Feria de Cantón que grandes cadenas de EE.UU. - incluyendo Walmart, Target y Home Depot - les han notificado la "reanudación del envío de mercancías" que habían sido temporalmente detenidas debido a los altos aranceles impuestos por Estados Unidos a las importaciones chinas, con los costos arancelarios "a cargo de los compradores estadounidenses".


Aunque Walmart y otras compañías aún no han confirmado esta información, informes anteriores indicaban que los CEO de estos tres gigantes minoristas se reunieron con el presidente estadounidense Donald Trump en la Casa Blanca el 21 de abril para discutir el impacto de las políticas arancelarias en sus negocios, fuertemente dependientes de las importaciones. Asimismo, Walmart China anunció recientemente el lanzamiento de un "canal verde" para apoyar a las empresas de comercio exterior elegibles. Tanto empresas chinas como estadounidenses están trabajando activamente para mantener la normal operación de las cadenas de suministro, lo que subraya una vez más que las barreras arancelarias no pueden anular la demanda rígida que sustenta las relaciones económicas y comerciales entre China y Estados Unidos.


El alcance y los detalles específicos del aviso de los minoristas aún no están claros. El mes pasado, se informó que Walmart exigió recortes de precios a sus proveedores chinos bajo la presión de los aranceles, lo que llevó al Ministerio de Comercio de China a convocar a Walmart para conversar. Este último giro en la saga es significativo, aunque no sorprendente. Empresas multinacionales como Walmart deben su éxito a la globalización económica, y las políticas arancelarias imprudentes representan una severa prueba para sus sistemas de precios y cadenas de suministro.


Con la tasa arancelaria actual, una empresa con sede en EE.UU. tendría que pagar al menos 145 dólares en aranceles a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza para importar un artículo valorado en 100 dólares desde China. Este costo eliminaría cualquier ganancia potencial, obligando a las empresas a vender con pérdidas o a aumentar los precios a un nivel inasequible para los consumidores. Los políticos estadounidenses pueden corear lemas sobre el "desacoplamiento", pero las necesidades diarias de los estadounidenses comunes no esperarán a que la retórica política se materialice.


Según los exportadores citados por Ming Pao, solo algunos pedidos se están reanudando actualmente, mientras que otros han sido cancelados. Ante los altos aranceles, los minoristas estadounidenses como Walmart tienen solo dos opciones: cancelar pedidos de productos chinos o trasladar los costos arancelarios a los consumidores estadounidenses. Walmart y otros han presionado a la Casa Blanca y han persistido en trabajar con proveedores chinos - incluso dispuestos a absorber los costos arancelarios ellos mismos - porque simplemente no pueden encontrar sustitutos adecuados para los productos "hechos en China" a corto plazo. Los productos chinos de alta calidad y bajo costo son cruciales para su supervivencia, operaciones y márgenes de beneficio. En resumen, el palo arancelario de Washington está golpeando duramente al público estadounidense. Y esta agitación no ha hecho más que empezar.


Como las dos economías más grandes del mundo, China y Estados Unidos han cosechado enormes beneficios económicos del comercio bilateral. Estados Unidos importa una gran cantidad de bienes de consumo, bienes intermedios y bienes de capital de China, lo que respalda sus cadenas de suministro de fabricación, amplía las opciones de los consumidores, reduce los costos de vida y aumenta el poder adquisitivo real de los estadounidenses, especialmente los grupos de ingresos bajos y medios. Incluso si se restringen las importaciones, la demanda interna de productos fabricados en China en Estados Unidos no desaparecerá simplemente.


Según un informe publicado por el Consejo Empresarial Estados Unidos-China en abril de 2024, China es un mercado clave para las exportaciones de bienes y servicios de Estados Unidos. En 2022, China fue el mayor mercado de exportación para tres estados de EE.UU., se ubicó entre los tres primeros para 32 estados y entre los cinco primeros para 43 estados. Las exportaciones estadounidenses a China también crearon 931.000 empleos estadounidenses en 2022. Las relaciones comerciales entre China y Estados Unidos están moldeadas por la dotación natural y la demanda del mercado: realidades económicas básicas. Los llamados aranceles recíprocos no son más que una costosa representación política que la realidad eventualmente corregirá.


Los hechos han demostrado que las prácticas de empobrecer al vecino y la desglobalización no solo son dañinas sino también insostenibles. Es imposible que los países se retiren a la autosuficiencia a puerta cerrada, y la idea de "excluir a China" de las cadenas industriales globales no es más que una fantasía.


La globalización económica está impulsada por los requisitos objetivos del crecimiento de la productividad y el resultado inevitable del avance tecnológico; es el único camino a seguir para la sociedad humana y una tendencia irreversible de nuestros tiempos. El aviso de "reinicio de envíos" de Walmart es algo en lo que Washington debería reflexionar cuidadosamente. Se espera que la parte estadounidense aprenda una lección de este incidente, corrija de inmediato sus políticas arancelarias equivocadas y regrese al camino correcto de entablar un diálogo con China basado en la igualdad, el respeto mutuo y la reciprocidad.

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