El año terrible de Boeing (BA) comenzó con cuatro pernos que aparentemente no estaban donde se suponía que debían estar, cuando el fuselaje de un 737 Max 9 se desgarró a 16,000 pies de altura durante el vuelo 1282 de Alaska Airlines (ALK).
Tres meses después de ese angustioso incidente, el gigante de la aviación enfrenta demandas, investigaciones gubernamentales, una caída en el precio de las acciones, márgenes decrecientes, una reputación manchada y un vacío de liderazgo tras la próxima salida del CEO Dave Calhoun.
Cómo se desenvuelva esta crisis durante el resto de 2024 tendrá enormes implicaciones para una empresa icónica estadounidense, la industria aérea en general y la economía de Estados Unidos.
No solo Boeing es uno de los principales empleadores de 140,000 personas y proveedor de aviones para casi todas las grandes aerolíneas estadounidenses, sino que también es el mayor exportador individual de Estados Unidos.
Hay mucho en juego, y depende de Boeing convencer a clientes, inversionistas y al público estadounidense de que tiene bajo control sus numerosos problemas.
Veamos más de cerca las cinco grandes amenazas que enfrenta en este momento:
1. Peligro legal: Decenas de pasajeros presentaron demandas civiles contra Boeing después del incidente del 5 de enero, creando dolores de cabeza legales para los años venideros. Pero el peligro mayor para Boeing es la perspectiva de responsabilidad penal.
2. Presión de los reguladores: Boeing también enfrenta nuevas presiones de los reguladores para mejorar los estándares dentro de sus plantas de fabricación y las de sus proveedores.
3. Quema de efectivo: Todo este escrutinio regulatorio y la desaceleración en la producción de su 737 Max están teniendo un gran impacto en el negocio de Boeing. La empresa está quemando mucho efectivo.
4. Reputación manchada: La reputación de Boeing está indudablemente manchada por lo sucedido el 5 de enero. Lo que hace su tarea más desafiante es que su reputación ya estaba dañada antes de que comenzara 2024.
5. Confianza del inversor en declive: Otro problema para Boeing es que los inversores no están seguros de que Boeing y su equipo directivo puedan salir del lío actual.
En resumen, Boeing se enfrenta a una tormenta perfecta de desafíos legales, regulatorios, financieros y de reputación. Cómo la empresa maneje esta crisis definirá su futuro y tendrá un impacto significativo en la industria aérea y la economía estadounidense.
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