Durante su campaña presidencial, Donald Trump prometió llevar a cabo las “operaciones de deportación más grandes de la historia”. Aunque hasta ahora el número real de deportaciones no ha superado el de años anteriores, las imágenes y narrativas generadas por la nueva administración están diseñadas para enviar un mensaje claro tanto a los votantes estadounidenses como a los migrantes actuales y potenciales. Esto incluye la representación de los deportados como “criminales” y el uso de vuelos militares en lugar de civiles para las operaciones de deportación.
Conflictos Internacionales por las Políticas de Deportación
Reacciones de América Latina
Las primeras acciones de la administración Trump han desencadenado un conflicto abierto con varios países de América Latina. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, condenó la política de deportaciones de EE.UU., calificándola de injusta y desproporcionada hacia las poblaciones vulnerables. Por su parte, el presidente colombiano, Gustavo Petro, se opuso rotundamente a aceptar vuelos de deportación desde EE.UU., argumentando que estas acciones violan los derechos humanos y los acuerdos internacionales. La situación se intensificó cuando Trump amenazó a Colombia con un arancel del 25% sobre sus exportaciones, lo que llevó al país a ceder a regañadientes.
Sentimientos de Injusticia
Si bien las deportaciones son a menudo bien recibidas por los votantes en el norte global, generan un profundo resentimiento en muchos países del sur global. En América Latina, hay una sensación generalizada de injusticia respecto al trato de los ciudadanos que “solo buscan una vida mejor” y que, según ellos, no deberían ser considerados criminales. Las tensiones recientes con Brasil y Colombia no son incidentes aislados; una frustración similar se ha manifestado en África, donde las imágenes de deportados esposados han reavivado recuerdos dolorosos de la represión colonial.
Migración Internacional y Poder Blando
La Influencia de la Migración
La política de poder blando se refiere a la capacidad de una nación para influir en otras a través de la atracción y la persuasión, en lugar de la coacción. La migración es una herramienta poderosa de poder blando, ya que los migrantes actúan como “embajadores culturales”, transmitiendo valores y creencias de sus países de destino a sus comunidades de origen. Una mayor apertura hacia la migración internacional puede ser una forma efectiva de ganar el apoyo no solo de los migrantes, sino también de aquellos que se quedan atrás, lo que a su vez puede aumentar la aceptación de la política exterior del país anfitrión.
Deportaciones y Antiamericanismo en América Latina
La Relación Ambivalente con EE.UU.
Los latinoamericanos han tenido históricamente una relación ambivalente con Estados Unidos. Muchos sienten resentimiento hacia un poder hegemónico que ha intervenido en la política interna de sus países, pero también ven a EE.UU. como un lugar de sueños y oportunidades. Nos preguntamos si las políticas migratorias más hostiles revertirán estos patrones. En un estudio reciente, analizamos los sentimientos antiamericanos en relación con el aumento de las deportaciones hacia América Latina, utilizando datos de encuestas de opinión pública de Latinobarómetro.
Resultados del Estudio
Las encuestas, que abarcan hasta 19 países entre 2000 y 2015, revelaron que los retornos forzados deterioran la imagen de EE.UU. entre la opinión pública latinoamericana. En promedio, un aumento del 10% en la llegada de deportados se asocia con una caída de aproximadamente medio punto porcentual en la proporción de personas que tienen una opinión favorable de EE.UU.
Consecuencias de las Políticas de Deportación
Impacto en la Política Exterior
Las deportaciones y las narrativas que las rodean a menudo están influenciadas por consideraciones políticas internas, especialmente dinámicas electorales. Sin embargo, estas políticas tienen consecuencias no deseadas que van más allá de las fronteras nacionales. Un aspecto que a menudo se pasa por alto en los debates sobre los costos y beneficios de las políticas de deportación es su impacto en las relaciones internacionales.
Riesgos Económicos
Dos consecuencias clave se destacan. Primero, las tensiones con países latinoamericanos pueden poner en riesgo los objetivos de política exterior de EE.UU. Por ejemplo, Trump amenazó con sanciones económicas para presionar a Colombia en temas migratorios. Sin embargo, estas medidas podrían agravar las condiciones económicas que impulsan la migración y afectar sectores como la industria de flores cortadas, promovida por EE.UU. como alternativa a la coca. Debilitar esos esfuerzos contradice el objetivo de prevenir el crimen internacional y fomentar la cooperación regional.
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