¿Quién lo hubiera imaginado? El presidente Donald Trump, conocido por su enfoque arancelario que amenazaba con sacudir el sistema financiero mundial, ¡logró una victoria comercial crucial con China! Este giro inesperado ha calmado las aguas turbulentas y ha abierto la puerta a una serie de negociaciones comerciales que podrían redefinir el panorama económico global.
Recordemos que la preocupación era palpable: estantes vacíos en las tiendas, inflación descontrolada y una posible recesión en Estados Unidos. Ante este panorama, Trump envió a sus negociadores más experimentados a Ginebra, con la misión de asegurar un triunfo que pareciera casi imposible.
"De hecho, tenemos un nuevo comienzo con China", declaró Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional, en una entrevista con CNN News Central. Esta declaración marcó el inicio de una serie de conversaciones que prometen acuerdos bilaterales para reducir los déficits comerciales de Estados Unidos.
La clave de este éxito radica en la elección de los negociadores. Scott Bessent, secretario del Tesoro, y Jamieson Greer, representante comercial de EE.UU., son vistos por los mercados y sus contrapartes chinas como profesionales serios y capacitados. Su enfoque sensato y empoderado ha sido fundamental para avanzar en las negociaciones.
Además, el reciente acuerdo a pequeña escala con el Reino Unido ha servido como modelo para futuros acuerdos bilaterales. Esto ha impulsado las negociaciones con otros países, mostrando que es posible alcanzar acuerdos beneficiosos para Estados Unidos.
"Esta es realmente la primera vez que ha sido posible ver el camino para aterrizar este avión sin algún desastre económico catastrófico", comentó un senador republicano a CNN. Esta declaración refleja el alivio y el optimismo que se respira en el ambiente político y económico.
El camino hacia este logro no fue fácil. Desde el anuncio de los aranceles del "Día de la Liberación" el 2 de abril, que causó pánico en los mercados, hasta este punto, hubo muchos obstáculos. Sin embargo, la flexibilidad y la "incertidumbre estratégica" de Trump, como la llama Bessent, fueron cruciales para cambiar el rumbo.
El mercado de bonos, las cadenas de suministro en alerta roja y las advertencias de los ejecutivos de diversas industrias también influyeron en la decisión de Trump de buscar una desescalada.
Ahora, la nueva realidad es que el Gobierno de Trump ha consolidado aranceles más altos: una tasa universal del 10 % en todo el mundo y aranceles sectoriales que se mantienen. A pesar de esto, los socios comerciales están dispuestos a negociar con Estados Unidos.
"Tenemos un plan, tenemos un proceso en marcha, ahora con los chinos, tenemos un mecanismo para futuras conversaciones", afirmó Bessent en Ginebra.
Para Trump, el comercio es fundamental. Incluso atribuyó el alto al fuego entre India y Pakistán a sus promesas de aumentar los flujos comerciales hacia ambas naciones.
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