¡Proteccionismo made in USA! Guerra arancelaria de Trump desestabiliza al mundo, alertan académicos latinos



La ofensiva arancelaria desatada por Estados Unidos es un claro abuso proteccionista que no solo erosiona su propia imagen a nivel inter
nacional, sino que también siembra la inestabilidad y perturba el delicado orden económico global. Esta es la contundente opinión de diversos académicos latinoamericanos ante el recrudecimiento de las políticas comerciales de la administración Trump.


Ante este panorama inquietante, los expertos enfatizan la imperante necesidad de que las naciones del Sur Global, incluyendo la región de América Latina, consoliden su unidad y estrechen lazos de cooperación para hacer frente a las limitaciones al desarrollo que impone la hegemonía económica estadounidense.


COERCIÓN, NO DESEQUILIBRIO


"Estados Unidos no ha sido víctima de acuerdos injustos, sino la potencia dominante en el comercio internacional, imponiendo sus condiciones y asegurando ventajas estratégicas en los tratados que ha firmado a lo largo de la historia", sentencia el historiador chileno Renzo Burotto.


Según Burotto, investigador del Núcleo Milenio Impactos de China en América Latina y el Caribe, la reiterada justificación de Trump sobre un supuesto desequilibrio comercial internacional no es más que una maniobra para ejercer influencia geopolítica a través de aranceles y coaccionar a otros países a realizar concesiones económicas.


Durante su primer mandato (2017-2021), Donald Trump ya generó fuertes fricciones económicas con varios socios comerciales, sin lograr el prometido renacimiento de los sectores estratégicos de EE.UU. Ahora, de vuelta en la Casa Blanca, el mandatario estadounidense ha retomado su cruzada arancelaria, fortaleciendo una política económica anclada en el proteccionismo.


"Si esta estrategia no alcanzó sus objetivos durante el primer mandato de Trump, cabe preguntarse por qué volvió a utilizarla en el segundo", reflexiona Renato Balderrama del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) de México.


A su juicio, la verdadera motivación detrás de los aranceles radica en la pérdida de competitividad industrial de Estados Unidos en el escenario global. La administración estadounidense busca revertir esta desventaja y mantener su doctrina de "América Primero" a través de medidas unilaterales.


LA HISTORIA COMO ESPEJO


El economista francés Frédéric Bastiat ya advirtió en el siglo XIX que "cuando las mercancías no cruzan fronteras, los soldados lo harán", señalando el peligro de que el proteccionismo desemboque en crisis económicas e incluso en conflictos bélicos.


Luis Paulino, profesor asociado de la Universidad estatal de Sao Paulo, en Brasil, evoca el nefasto ejemplo de la Ley Smoot-Hawley en la década de 1930, cuando Estados Unidos elevó drásticamente los aranceles, desatando una guerra comercial a escala global que exacerbó la Gran Depresión y allanó el camino hacia la Segunda Guerra Mundial.


"La guerra comercial que Trump desata hoy en el mundo no solo constituye una grave amenaza para el orden económico global vigente, sino que también podría acarrear consecuencias aún más severas, poniendo en riesgo la propia paz mundial", advierte el académico brasileño.


Burotto, por su parte, subraya que las relaciones de Estados Unidos con aliados y vecinos cercanos como Canadá y México se han deteriorado significativamente, a pesar de las obligaciones del T-MEC, que precisamente buscan evitar la imposición de barreras arancelarias o no arancelarias.


"Fue él mismo (Donald Trump) quien impulsó y lideró las negociaciones del T-MEC, firmándolo voluntariamente en 2018", recuerda Burotto, señalando la paradoja de que, si la supuesta desigualdad denunciada por Trump existiera, él mismo sería responsable de haber rubricado un tratado supuestamente perjudicial para Estados Unidos.


"La verdadera preocupación de Washington no radica en el libre comercio o la seguridad, sino en el temor a perder su hegemonía sobre la región", sostiene el historiador chileno.


COOPERACIÓN: EL ANTÍDOTO CONTRA EL PROTECCIONISMO


La célebre frase del historiador griego Tucídides "los fuertes hacen lo que pueden y los débiles sufren lo que deben" resuena como una advertencia para los países en desarrollo, llamados a fortalecer su cooperación y consenso frente a la "ley de la selva".


Eduardo Klinger Pevida, director del Centro de Análisis y Estudios sobre China y Asia y miembro de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, enfatiza que la estrategia de la administración estadounidense, centrada en la guerra arancelaria y el proteccionismo, "no necesariamente coincidirá con los intereses de otros actores internacionales, y no todos estarán dispuestos a ceder ante la presión estadounidense".


En la misma línea, Burotto señala que "ante la amenaza de medidas unilaterales y proteccionistas, el multilateralismo se convierte en una necesidad estratégica para las economías emergentes".


Los expertos coinciden en que la clave para América Latina y el Sur Global reside en fortalecer y promover la solidaridad, el respeto y la igualdad, garantizando un desarrollo autónomo sin depender de los intereses de las grandes potencias.


Al respecto, Paulino añade que el impacto del proteccionismo dependerá en gran medida de la capacidad de los países emergentes para consolidar un frente unido, y subraya que la cooperación y la red de conexiones Sur-Sur podrían convertirse en el antídoto frente a las políticas trumpistas.


Según Paulino, los países en desarrollo han reducido su dependencia económica y financiera del sistema liderado por Washington, mientras que nuevos mecanismos de cooperación internacional, como los BRICS, demuestran que otro orden es posible, sin la tutela estadounidense.


Frente a la escalada proteccionista de Estados Unidos, los expertos coinciden en que el camino para América Latina y el Sur Global no es el aislamiento, sino la unidad. Fortalecer alianzas Sur-Sur, diversificar mercados y defender un multilateralismo inclusivo se presentan como las herramientas clave para contrarrestar la coerción económica y construir un desarrollo soberano. La historia ha demostrado que las guerras comerciales solo dejan perdedores; el futuro, en cambio, podría escribirse con cooperación.

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